ideas de Isaías y aquellos de Oseas o Amós. En el proceso de inspiración, el Espíritu obró en una mente humana de tal forma que la personalidad no fue opacada ni modificada en absoluto y, sin embargo, la Escritura resultante es la palabra de Dios.10 Sin embargo, la inspiración en el sentido bíblico no debe considerarse equivalente a la inspiración de un artista en la creación de su arte. Se puede decir, por ejemplo, que Shakespeare estaba «inspirado» cuando escribió sus sonetos o sus dramas; también
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